Llevo días sin dibujar y acordándome de ti. Tanta ansia por volver y me amordaza el bloqueo. ¿Cómo es posible encerrar el silencio en mi cabeza? Me persiguen las horas. El reloj imaginario que tiñe la paciencia va más deprisa que yo. Debería volver al papel, a tachar, a pensar, pero la prisa me apremia y, aunque no diga nada, las voces vuelven a ocupar su sitio. Es probable que alguién lo entienda... Quizás si esto lo escribiera P. B. tendría más sentido.
El personaje del cuadro está esperando a que Irene termine el cuadro, para que el tiempo comience a escribir su historia. ¡Irene termínalo ya! hazlo por esa pobre niña, antes de que se canse y se vaya de tu cuadro.
ResponderEliminarIsabel López.