Recuerdo la educación física del colegio y la santa paciencia de mis profesores de gimnasia conmigo (coño que suspendí aerobic porque mi bendito cuerpo no tenía ritmo, y, por sí tenéis dudas, sigue igual), recuerdo lo mal que me quedaba el chándal, las lipotimias, el sudor... y no se me ocurre otra cosa que alimentar mis fuerzas levantando pesas... pues lo siento; pero me rebelo contra ellas o ellas contra mí, no estoy segura... me rindo. Tengo que buscar otra alternativa para hacerme fuerte, que ya me dí cuenta que el deporte es sinónimo de lesiona-patos como yo...
Llevo días sin dibujar y acordándome de ti. Tanta ansia por volver y me amordaza el bloqueo. ¿Cómo es posible encerrar el silencio en mi cabeza? Me persiguen las horas. El reloj imaginario que tiñe la paciencia va más deprisa que yo. Debería volver al papel, a tachar, a pensar, pero la prisa me apremia y, aunque no diga nada, las voces vuelven a ocupar su sitio. Es probable que alguién lo entienda... Quizás si esto lo escribiera P. B. tendría más sentido.
Muy chulo, tu blog, me encantan tus ilustraciones
ResponderEliminarson muy originales.
Besos Macoke.
Tus dibujos son preciosos, gracias por visitar nuestro blog y hacerte seguidora.Besos
ResponderEliminarA mí me pasaba lo mismo jajajajajaajjaja creo que por eso le tengo tanta manía a los chandals!!
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