Mi árbol de la vida tiene unas raíces gorditas, ya sabéis pá agarrarse bien a la tierra (tiene que ser así porque yo soy pequeña y me vuelo con facilidad; pero mí árbol no); el tronco, ancho y fuerte (como mi superhéroe apretaó); la copa, mis pies, porque son mi gps (como aún no tengo coche, me lo he instalaó en los pinrreles) y, como es mi árbol imaginario, de sus ramitas nacen corchos, que huelen a tierra mojada (mi olor vip) que uso pá tapar agujeros. Ah! y como no, lo riego con café, no veas tú lo despierto que es el jodio. Y es que, después de brindar por un mundo lleno de tapones, mis neuronas se han curraó un árbol criador de corchos, que me viene de galletas (las perlas no me gustan tanto) para posibles fugas... ójala tengáis tanta suerte con vuestros brindis como yo... brindo por eso!!